PARASHAT VA'ETJANÁN - Y SUPLIQUE 《HASHEM [DI-S] ES UNO Y ÚNICO》

《PARASHAT VA'ETJANÁN - Y SUPLIQUE》


Shema Israel  [Devarim - Deuteronomio 6:4]


שמע ישראל יוי אלהינו יוי אחד:


Shma Yisra'el Adona-y Eloheinu Adona-y Ejad.


"¡Escucha [Entiende], oh Israel, YVY es nuestro Di-s, YVY es Uno y Único ('Ejad)!" 


También podemos leerlo asi:


[‘HaShem  nuestro Di-s, HaShem  uno es - ‘El Santo Bendito Sea es nuestro Di-s, El Santo Bendito Sea solamente.]


La idea de “Di-s es Uno” significa que no solo hay un Di-s, sino que Di-s, Su poder, Su santidad, Su majestad, Su gloria le hacen ser UNICO entre todos los elohim (dioses/poderosos) que hayan en el cielo y en el tierra (Primera Carta a la Comunidad en Qorinto 8:5) y que toda la creación somos uno con Él y sin Él nada ni nadie puede existir por sí mismo.   No hay nada aparte de Di-s.   Nada existe fuera de Él; cada cosa que percibimos, cada partícula de existencia, no es sino una manifestación de Di-s.


Por este motivo, cualquier cosa en el Universo está totalmente dependiente de Di-s en cada momento. El Eterno creó el Universo hace mucho tiempo, pero también lo mantiene existiendo continuamente.  Los Sabios hablan sobre una energía que emana de la esencia infinita de Di-s, que hace que el Universo exista.  Si Él cesa de dar esta fuerza viviente al mundo, dejaría de existir.   Nuestro Sabio Z"L Rambam dice: HaQadosh Baruj - Hu [El Santo Bendito Sea] puede existir sin el mundo, pero el mundo no puede existir sin HaQadosh Baruj - Hu [El Santo Bendito Sea]. Con este concepto en mente, es que uno declara el Shemá con todo su ser y este es el concepto más antiguo del Shemá y de la palabra Ejad.


Las letras Hebreas tienen un valor numérico, que nos ayuda a comprender el significado de las palabras de la Toráh y de sus plegarias.   La palabra “Uno” en el Shemá, “Ejad”, se forma con tres letras: Alef, Jet, Dalet.   Alef, que tiene el valor numérico de “uno”, se refiere a Di-s Mismo. Jet, cuyo valor numérico es “ocho”, se refiere a los siete cielos y la tierra, o sea, “arriba” y “abajo”, el plano vertical, e incluyendo todas las dimensiones espirituales. La tercer letra es Dalet, cuyo valor numérico es “cuatro”, que denota las cuatro direcciones del plano horizontal: norte, sur, este, oeste.   Esto nos significa que El Único Eloqim es uno con el mundo y todas sus dimensiones, ya sea la física y la espiritual, y el mundo entero y el Universo físico entero, todo es una expresión de la unidad infinita de Di-s.   El pueblo Hegreo en sí mismo es descrito como “Ejad”, “Una nación en el mundo” pero esto no hace que cada Hijo de Israel  seamos el mismo uno que otro.  Esto implica, no solo que somos únicos en el mundo, sino que somos una nación que comunica a toda la humanidad el concepto de la unidad de Di-s. Más aún, al mantener los mandamientos de Di-s en nuestra vida diaria, traemos la Unidad Divina a este mundo, dentro de cada detalle de nuestra existencia física.```



《Sólo Di-s es el Creador y no hay nadie fuera de Él.》

 
Sin embargo, en un sentido profundo, la unidad de Di-s implica que no hay otra esencia fuera de Di-s. Sólo Di-s es la verdadera existencia, y para que cualquier cosa exista debe tener alguna participación en la verdadera existencia de Di-s. En este sentido, Di-s es Uno, y no hay nada fuera de Él.  (Morashá).

Entre las cosas que es necesario saber se encuentra el hecho de que Di-s debe ser absolutamente uno. Es imposible que exista más que un ser cuya existencia sea intrínsecamente imperativo. Sólo es posible que exista un Ser con esta esencia necesariamente perfecta, y por lo tanto la única razón por la cual todas las demás cosas tienen la posibilidad de existir es porque Di-s desea que existan. Por lo tanto, todas las demás cosas dependen de Él y por lo tanto no tienen existencia intrínseca.  (Ramjal).


¿Pero de dónde sacaron estas conclusiones Nuestros Sabios?


Yo soy el primero y Yo soy el último, y fuera de Mí no hay Di-s… No hay otro Di-s aparte de Mí, no hay otro Creador. No hay fuerte, no conozco ninguno (Es decir, ningún otro poder independiente de Mí – Targum). (Isaías 44:6-8).
 

Hashem es Uno, Singular y Único
 

Enseña Rabí Ginsburgh que, a Di-s, los sabios lo describen como “Uno, Singular y Único”.

En hebreo, estas tres cualidades del Todopoderoso son expresadas como:

​אחד יחיד ומיוחד

Ejad (uno), Yajid (singular), Umeiujad (y único).

Considerando a la primera letra alef א  como equivalente a 1000 (es una práctica común en el cálculo de la guematría que esta letra pueda ser leída como Elef, que significa “mil”), el valor numérico de esta frase es exactamente 1118, igual al de la frase que representa la máxima declaración de la unidad del Creador:

שׁמע ישׂראל יי אלהינו יי אחד

- Shema Israel Hashem  Eloheinu Hashem  Ejad -

- Oye Israel: Hashem nuestro Di-s, Hashem es Uno -

No sólo eso, sino que esta frase contiene 13 letras, siendo el valor numérico de la palabra “Uno” Ejad אחד. Cabe mencionar que también el número 13 equivale a la palabra ahavá- amor- por eso texto dice: “Y amarás a Hashem tu Di-s de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.”

“Uno” implica que la esencia misma de Hashem permea completamente la realidad.

Singular, que también puede ser traducido como “sólo Uno”, implica que Su esencia es la única existencia verdadera. Citando a nuestro Sabio Maimonides: “Toda otra existencia es dependiente de su existencia”

Único, en relación a HaShem, significa que Él desafía a la lógica: “Él es la paradoja de las paradojas”; trasciende absolutamente cualquier polaridad u opuestos. En el contexto de la creación, la naturaleza y los milagros sobrenaturales son uno desde su perspectiva.

Esto lo explica Rab Iaaqov Weinberg:

El primer principio describe la singularidad de Di-s en cuanto que Él es absolutamente independiente de todo, en contraste con el hombre, que es absolutamente dependiente de Dios. El segundo principio enfatiza que todo lo que experimentamos, la miríada de fuerzas conflictivas en nuestro universo, reflejan una Unidad, una Singularidad que no tiene paralelo. El placer y el dolor, la alegría y la tristeza, todos tienen una misma Fuente. Las cosas buenas que les ocurren a las personas malas y las cosas malas que les suceden a las personas buenas tienen un único Origen.

El énfasis en la Unicidad de Di-s que brinda este principio rechaza las influencias sutiles del politeísmo [Trinitarismo, Triunitarismo y Unicismo] que pueden existir incluso en un sistema monoteísta. El hombre tiene una tendencia a identificar el bien y el mal, la felicidad y el sufrimiento, con causas separadas, lo cual crea la necesidad de este principio. Uno es testigo de las diversas y aparentemente contradictorias facetas de la providencia del Todopoderoso y se siente confundido.

Sería más sencillo resolver estos elementos contradictorios de la vida concluyendo que estas facetas representan a fuerzas o poderes separados y opuestos que controlan la realidad. Sin embargo, esta respuesta es lo que atrae del politeísmo. Viéndolo de manera más sutil, en un esfuerzo por entender la naturaleza de Di-s, el hombre monoteísta se identifica erróneamente con un aspecto del Todopoderoso, tal como Su misericordia, fallando en apreciar Su unidad.

El hecho de que nuestro Sabio Rambam haya dividido estos conceptos, la existencia de Di-s y la unidad de Di-s, en dos principios, implica que uno debe específicamente tener conciencia y articular ambos conceptos para poder servir a Di-s de la manera adecuada. (Fundamentos y Fe, páginas 38-39)
 

Finalizo con unos conceptos interesantes que expone Rabí Ginsburgh sobre este texto:

Oye Israel, Di-s es nuestro Di-s, Di-s es Uno

Aunque ejad expresa la unidad absoluta de Di-s está compuesta por tres elementos, las letras alef, jet y dalet.

El Shulján Aruj, el Código Judío de Leyes dice:

La alef de ejad representa alufó (de la letra alef) shel olam, "el Amo del Universo". El valor numérico de la alef es 1 y representa a El Uno Esencial. 

La letra jet, de valor numérico 8.  Habla sobre el hecho que la unidad de Di-s permea la realidad visible y la imaginable. Primero impregna los 7 niveles del firmamento arriba (7 cielos) y luego continúa descendiendo hasta el octavo nivel de la tierra, abajo.

Finalmente llegamos a la letra dalet, cuyo valor numérico es 4 y corresponde a las cuatro direcciones, la unidad de Di-s se esparce hacia el este, el oeste, el norte y el sur.

El jasidut profundiza en ejad al nivel microcosmos es decir seres humanos.

El jasidut agrega otra dimensión a la meditación en ejad. Toda alma hebrea  es realmente una parte de Di-s (en realidad todo ser humano – opinión personal basado en las Escrituras). Cuando aprendemos a reconocer su unicidad, tenemos que meditar simultáneamente en que Di-s y la fuente de nuestras almas son uno (En ese sentido tiene razón la jasidut, porque si no hay relación y apego a su voluntad con Di-s no hay esa unidad). El alma se origina en la unidad absoluta con Di-s. Este es el punto de la alef.

Cuando se decreta Divinamente que el alma debe entrar al cuerpo, esta desciende a través de los siete firmamentos. Entonces el alma alcanza el octavo nivel, el cuerpo, que es llamado "tierra". Este descenso del alma al cuerpo es el nivel de jet.

Toda alma es un emisario de Di-s para diseminar la conciencia Divina hacia las cuatro direcciones de la tierra. Dalet es el nivel en el cual el alma "estalla" hacia todas las direcciones para cumplir su misión Divina.
 

Espero que este pequeño vistazo al texto principal de toda la Escritura, haya sido de edificación para los Hijos de Israel.

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